domingo, 24 de febrero de 2008

Composición sobre aspectos relativos al presupuesto Público y la Planificación del sector estado.


¿QUÉ ES LA ONAPRE?

La ONAPRE (oficina nacional de presupuesto) es una institución dependiente del ministerio de finanzas encargada de ejercer la rectoría del Sistema nacional del Presupuestario Público.

Las funciones de la ONAPRE son:

  • Participar en la formulación de los aspectos presupuestarios de la política financiera elabora el Ministerio del Poder Popular para las Finanzas para el sector público nacional.
  • Participar en la elaboración del plan operativo anual y preparar el presupuesto consolidado del sector público.
  • Participar en la preparación del proyecto de ley del marco plurianual del presupuesto del sector público. Este proyecto se realiza siguiendo los lineamientos del Ministerio del Poder Popular para la Planificación y Desarrollo tomando en cuenta aspectos de la política económica y fiscal, por lo que además se trabaja coordinadamente con el Ministerio del Poder Popular para las Finanzas y el Banco Central de Venezuela.
  • Preparar el proyecto de ley de presupuesto.
  • Analizar los proyectos de presupuesto que deban ser sometidos a su consideración y, cuando corresponda, proponer las correcciones que considere necesarias
  • Aprobar, conjuntamente con la Oficina Nacional del Tesoro, la programación de la ejecución de la ley de presupuesto.
  • Preparar y dictar las normas e instrucciones técnicas relativas al desarrollo de las diferentes etapas del proceso presupuestario.
  • Asesorar en materia presupuestaria a los entes u órganos regidos por esta Ley.
  • Analizar las solicitudes de modificaciones presupuestarias que deban ser sometidas a su consideración y emitir opinión al respecto.
  • Evaluar la ejecución de los presupuestos aplicando las normas y criterios establecidos por esta Ley, su reglamento y las normas técnicas respectivas.
  • Informar al Ministro del Poder Popular para las Finanzas acerca de la gestión presupuestaria del sector público.


¿QUE ES LA ADMINISTRACIÓN CENTRAL Y DESCENTRALIZADA Y CUAL ES LA VINCULACIÓN QUE EXISTE ENTRE ESTAS CON LA PLANIFICACIÓN?

La Administración Central de la nación está compuesta por el Presidente de la República, el Consejo de Ministros, los Ministros y los Ministros de Estado como sus órganos superiores. Los otros órganos como los Vice Ministros, los Consejos Nacionales, las Comisiones Presidenciales, los Comisionados Presidenciales, las Autoridades Únicas de Área y las Oficinas Nacionales son componentes de la administración central de nivel inferior.

A estos órganos del nivel superior les corresponde la planificación, la formulación, la supervisión, la coordinación y la evaluación de las políticas públicas, así como el seguimiento de su ejecución.

La administración descentralizada está compuesta por aquellas instituciones derivadas y dependientes administrativa o financieramente de los órganos de los órganos de la administración centralizada. Entre tales instituciones se encuentran los Institutos Autónomos, las empresas del estado, Fundaciones del Estado, Asociaciones Civiles Estadales, Personas Jurídicas de carácter público, servicios autónomos sin Personalidad Jurídica, Empresas con participación minoritaria del estado y las Sociedades con Participación mayoritaria del Estado.

El propósito de la planificación mediante la vinculación entre la administración central y la descentralizada está en vincular las políticas y las grandes líneas estratégicas con objetivos y actividades medibles y ejecutables en los estratos mas bajos de las estructuras administrativas del estado. En cierto modo consiste en consiste en elevar el nivel de éxito del planteamiento desde la creación de las ideas hasta la fase final de darle forma a esas ideas mediante el cumplimiento de metas y objetivos. Un propósito adicional de la planificación consiste en coordinar los esfuerzos y los recursos dentro de las instituciones del estado.


QUE ES EL PRESUPUESTO PÚBLICO Y COMO SE FORMA?

Se puede entender el Presupuesto público como la previsión de gastos e ingresos para un determinado periodo de tiempo, por lo general un año. El presupuesto es un documento que permite a las empresas, los gobiernos, las organizaciones privadas y las familias establecer prioridades y evaluar la consecución de sus objetivos.

Es habitual que, los gobiernos establezcan presupuestos anuales donde se presentan las previsiones de ingresos y gastos. Las principales fuentes de recursos provienen de los impuestos, ya sea el impuesto sobre la renta, impuestos indirectos sobre el consumo (como el impuesto sobre el valor añadido, IVA), el impuesto de sociedades o las contribuciones de empresarios y trabajadores al sistema de la seguridad social. En su conjunto esto constituye el origen de los fondos o los ingresos con los que se formula el presupuesto.

Los principales capítulos de gastos son los siguientes: gastos de la Seguridad Social, provisión de bienes y servicios públicos (como educación y sanidad), y el pago de intereses y amortización de la deuda nacional. Si el gasto público iguala a la totalidad de ingresos se dice que el presupuesto está equilibrado. Si los ingresos derivados de la imposición exceden a los gastos, caso que, de darse, se producirá durante un periodo de expansión económica, el presupuesto tendrá superávit. El déficit presupuestario se produce cuando el gasto público supera a los ingresos. Desde la II Guerra Mundial los gobiernos de los países industrializados han tenido déficit casi todos los años. En las últimas décadas muchos países latinoamericanos han encontrado serias dificultades para confeccionar sus presupuestos debido al alto precio de sus deudas externas.

Conceptualmente el presupuesto es el resumen sistemático de las previsiones de los gastos proyectados y de las estimaciones de los ingresos previstos para cubrir dichos gastos.

Por otro lado, el presupuesto debe reflejar la política fiscal del gobierno, con la que éstos pretenden lograr numerosos objetivos, que por lo general son contradictorios y hasta excluyentes, como por ejemplo; promover el pleno empleo, combatir la inflación y propiciar las condiciones de un crecimiento estable y sostenido. Para lograr estos objetivos el gobierno puede querer estimular la economía nacional incurriendo, voluntariamente, en un déficit presupuestario. Si las presiones inflacionistas aumentan, el gobierno puede optar por reducir el déficit, equilibrar el presupuesto o intentar alcanzar un superávit presupuestario reduciendo su nivel de actividad económica. Para que estas políticas fiscales sean eficientes, es necesario que no contradigan la política monetaria desarrollada por el banco central.

El proceso de formación del presupuesto por lo general cumple un ciclo que se pudiera llamar ciclo presupuestal. Este ciclo consta de cinco fases; Fase de Programación y Formulación, Fase de Aprobación, Fase de Ejecución, Fase de Seguimiento y Control y finalmente la Fase de Evaluación.

Las fuentes de financiamiento del presupuesto por lo general está compuesta por los recursos ordinarios los cuales están constituidos por la fuente normal y periódica de recursos fiscales que obtiene el Gobierno como base fundamental para financiar sus actividades. Los recursos Ordinarios se identifican porque son relativamente permanentes y previsibles.

Los recursos por la recaudación de impuestos, recursos de operaciones oficiales de crédito y las transferencias completan el cuadro de fuentes de los ingresos para la formulación del presupuesto.

Por el lado del destino de ese presupuesto se tiene que clasificación por lo general está compuesta por los gastos corrientes representados por los sueldos y salarios, los aprovisionamientos, las materias primas y los servicios contractuales distintos a los desembolsos de capital y los gastos de capital definidos como aquellos también denominados de inversión ya que se espera que produzcan beneficios económicos o sociales a mediano o a largo plazo


BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA

  • Economía Macro & Micro. McGraw-Hill. Rudiger Dornbusch y Stanley Fischer. Tomos 3 y 4
  • Diccionario de Administración y Finanzas. J. M. Rosenberg. Editorial Océano/Centrum
  • Enciclopedia Encarta 2007. Microsof

sábado, 23 de febrero de 2008

PARA LA DISCUSIÓN Y EL DEBATE

¿Qué hay y quién está detrás de las decisiones económicas?
Juan Torres López
Sistema Digital

Quizá una de las interrogantes peor resueltas sobre la democracia es la que se pregunta por las condiciones de todo tipo que necesariamente deben darse para que podamos decir con propiedad que la democracia existe como tal.

No trataré de resolverla aquí pero me parece que, además de instituciones representativas, partidos democráticos o ciudadanos que la hagan suya, entre otras, hay una fundamental: la deliberación. Al menos, en el sentido en que la define Adela Cortina cuando dice que “delibera quien considera atenta y detenidamente el pro y contra de los motivos de una decisión antes de adoptarla, y la razón o sinrazón de los votos antes de emitirlos” (EL PAÍS, Opinión - 24-08-2004).

Traigo esto a colación porque si hay algo evidente en las relaciones económicas de nuestra época es que cada vez resulta más desnaturalizado y desconocido el agente de quien efectivamente dependen las decisiones económicas.

Hoy día es normal que se hable de la autoridad fiscal o monetaria, del Ejecutivo o, ya en el paroxismo, de los mercados, ... es decir, de instancias impersonales que desde ningún punto de vista pueden considerarse que tengan capacidad de resolver, criterio autónomo para determinar lo bueno o lo malo, ni por supuesto boca para poder expresarse y decidir.

No puede ser que sean esas instituciones sin alma ni rostro las que deciden. Como se decía en El Quijote, debe ser «alguien y aún álguienes» quienes estén tomando las decisiones que a todos nos afectan y en cuya génesis no participamos.

La deliberación ha desaparecido, si es que algún día existió, del mundo económico. Al menos, la deliberación abierta, pública y ciudadana. O incluso partidaria, puesto que es cada vez más habitual comprobar que son solo los grandes líderes, y no el conjunto de sus partidos, los que aparecen como los exclusivos portadores de la propuestas sobre lo que debe o no debe hacerse, sobre lo que nos conviene o no.

Y ahí radica no solo uno de los grandes problemas de la economía de nuestro tiempo sino de la democracia en su conjunto.

¿Cómo creer que vivimos en verdaderas democracias cuando los asuntos económicos más relevantes (que normalmente lo son, a su vez, para la demos en su conjunto) nos vienen dados y sin posibilidad de modificar su orientación o contenido?

La otra cara de la cuestión es que resulta igualmente iluso creer que son solamente los líderes o grandes dirigentes quienes deciden por sí mismos. No recuerdo quién lo dijo ni siquiera si es apócrifo o no, pero comparto la idea de que el verdadero poder no lo tiene el que está sentado en el sillón sino quien puede hablarle al oído.

Y esa es la cuestión, que quienes puede hacerlo no dan la cara a los ciudadanos y les imponen así cada vez más habitualmente caminos obligados por donde no está claro que realmente quieran transitar.

Cuando tan palpablemente se echa en falta la deliberación, la democracia y el control ciudadano de las relaciones económicas quizá convenga traer a colación unas palabras sabias del Premio Nobel de Economía, Amartya Sen, ante la Organización Internacional del Trabajo. Se refería a la crisis asiática, pero nada hay escrito que diga que no podría pasarnos a nosotros: “El desarrollo de la crisis financiera de algunas de estas economías ha estado estrechamente vinculada a la falta de transparencia empresarial, en particular, la falta de participación pública en el examen de las disposiciones financieras y comerciales. La ausencia de un foro democrático ha agravado este hecho. La oportunidad que hubiesen podido facilitar los procesos democráticos de impugnar el poder de determinados grupos o familias en varios de estos países hubiese podido ser determinante”.

Juan Torres López es catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga (España). Su web:http://www.juantorreslopez.com